Históricamente, la planificación urbana en Buenos Aires ha estado marcada por una fuerte dicotomía entre el norte y el sur. Mientras el norte concentró la mayor parte de la inversión pública y privada, consolidándose como el motor de la expansión moderna y la integración al mercado global, el sur fue relegado como una periferia urbana, con menor infraestructura, servicios y oportunidades. Esta desigualdad no solo se expresó en términos materiales, sino también simbólicos, perpetuando un imaginario que considera al sur como un territorio disponible para intervenciones estratégicas, pero lo mantiene al mismo tiempo como un espacio fragmentado y segregado.

En este contexto, Una Nueva Visión para el Sur de la Ciudad surge como una iniciativa estratégica para revertir esta lógica histórica y fortalecer la planificación territorial con un enfoque integral, participativo y basado en evidencia. El proyecto articuló el trabajo de diversas áreas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, buscando alinear esfuerzos y orientar intervenciones hacia un desarrollo urbano más justo y equilibrado.

La iniciativa se estructuró en tres etapas principales. La primera consistió en la recopilación de información y el relevamiento territorial, incluyendo un diagnóstico colaborativo con equipos técnicos del gobierno. La segunda etapa se centró en la construcción de una taxonomía de proyectos y la realización de un taller de priorización, cuyo objetivo fue identificar intervenciones estratégicas, evitar superposiciones y optimizar el uso de recursos. Finalmente, la tercera etapa consolidó una visión común de largo plazo, sintetizada en la elaboración de tres Planes Urbanos Integrales (PUIs) para las zonas identificadas dentro del Área de Desarrollo Sur: Suroeste (SO), Surcentro (SC) y Sureste (SE).

La propuesta se consolida como un modelo replicable en otras ciudades, destacando el valor de la planificación estratégica, la colaboración intersectorial y la toma de decisiones informada. La Nueva Visión no solo establece una hoja de ruta concreta para orientar futuras intervenciones en el sur de la ciudad, sino que redefine el modo en que entendemos la planificación urbana: como una herramienta para construir territorios más equitativos, conectados y sostenibles.